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Periostitis tibial

  • Foto del escritor: BR Médica
    BR Médica
  • 27 sept 2018
  • 2 Min. de lectura


La periostitis tibial es una inflamación la membrana más externa del hueso de la tibia (uno de los dos huesos que forman la pantorrilla) y es una de las lesiones las comunes en corredores además de la fascitis plantar. Dicha inflamación suele surgir a causa de una vibración repetida sobre el pie, la cual provoca que los músculos tibiales traccionen la zona de forma continua, incluyendo la inserción de los tendones musculares, zona con tendencia a sufrir la periostitis.


Normalmente, la periostitis tibial suele surgir en la zona anterior de la pierna (periostitis tibial anterior), aunque también hay casos donde se produce en la zona posterior (periostitis tibial posterior); en dicho último caso, no es el músculo tibial posterior el causante de la misma, sino que es el músculo sóleo (justo debajo de los gemelos) y el músculo flexor plantar los causantes de la misma, según recientes investigaciones.


Detectar una periostitis tibial es relativamente fácil, ya que los síntomas clave incluyen dolor en la zona tibial anterior (es decir, dolor en la espinilla) cuando se pretende salir a correr, que aumenta progresivamente, llegando incluso a provocar una modificación de la técnica o alteración al andar por el mismo dolor.


En la fase aguda de la periostitis, se recomienda un “reposo relativo” , con un cese del deporte intenso de 2 a 3 seamanas. Asimismo, el frío o hielo de forma localizada tan solo funcionará en la fase aguda y aplicado no más de 15 minutos.


Asimismo, también se recomienda en esta fase de la lesión el uso de otras terapias físicas tales como ultrasonidos, hidromasaje, fisioterapia de la zona, estimulación eléctrica, masoterapia y tecarterapia.


En la fase subaguda de la lesión (el momento en el que ya existe una recuperación parcial de la periostitis), se recomienda una modificación de la técnica de entrenamiento (menor volumen, frecuencia e intensidad, evitar terrenos complicados o irregulares y sobre todo buscar superficies más blandas para evitar tensiones y choque). Asimismo, durante esta fase de recuperación, también se aconseja realizar otros ejercicios de bajo impacto tales como la natación, elíptica o bicicleta estática con el objetivo de volver a la normalidad de forma progresiva, evitando siempre cualquier ejercicio que pueda causar dolor.


Por otro lado, los estiramientos y los ejercicios excéntricos de gemelos y cadera han demostrado ser muy beneficiosos según varios estudios.


Finalmente, la búsqueda de un calzado adecuado y la solución de problemas biomecánicos (pie cavo o plano, exceso de pronación, basculación pélvica, modificación de marcha) deben tenerse siempre en cuenta, consultando previamente a un especialista en valoración biomecánica, rehabilitación o traumatólogo. Aquí entra el trabajo para mejorar la biomecánica de la estructura.


En BR MEDICA ayudamos a detectar los problemas de biomecánica estructural, así como los componentes de rehabilitación que puedan mejorar tu forma de correr, evitando así la periostitis o sus reincidencias.

 
 
 

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